Rojo Vs Negro

El penúltimo día antes de acabar las clases por las vacaciones de Navidad, hicimos el juego de Gana cuanto puedas. Nos dividimos toda la clase en 4 grupos grandes y se nos explicaron las siguientes reglas:



Tras finalizar la partida después de diversas rondas, los resultados que logramos fueron los siguientes, posicionándose mi grupo, el segundo, en último lugar. 




Este juego está diseñado para crear la rivalidad y competitividad que nos inculcan desde que somos pequeños. Como se puede observar, cada vez que se apuesta con el negro ganas. En cambio, con el rojo, a primera vista piensas que cojas como lo cojas tienes muy pocas probabilidades de ganar. Y es que este juego tiene su truco: si todos apostáramos con el rojo, ganaríamos en todas las rondas todos. 
El beneficio que consigue el negro siempre es a costa de la pérdida de los demás, mientras que el rojo, es una ganancia asegurada para todos los grupos. 

En nuestro caso, acabamos todos perdiendo contra la banca porque no fuimos capaces de confiar las unas en las otras. Lo ficticio se convirtió en realidad, ya que el clima de clase se encontraba tenso desde hacía tiempo estaba un poco tenso. Esto hizo que en vez de ayudarnos como compañeras, decidiéramos jugar para poder ganar más y más, estropeándoles las partidas al resto de grupos. 

Algunos salieron mejor parados que otros, pero el resultado del juego nos ha tenido que servir como escarmiento o moraleja tanto para nuestra realidad actual como para el futuro que nos espera. Si no nos ayudamos entre nosotras y nos pisoteamos, perderemos siempre, beneficiándose de nuestras disputas el que verdaderamente está bien y parece intocable: el Estado. 




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