Esto ha llegado a su fin...

Como dije al principio de este blog, la mayoría de los contenidos que hemos dado durante todo este cuatrimestre ya los habíamos visto en la asignatura de Desarrollo y Aprendizaje Infantil en el primer año de nuestra carrera. Los contenidos que ya habíamos tratado nos han servido para asentarlos y profundizar en ellos, y los nuevos han valido por adentrarnos más en el aprendizaje sobre el desarrollo que experimentan los niños y niñas en sus primeros años de vida. La materia impartida nos es esencial para entender el por qué de muchas acciones, actitudes y respuestas que tienen los más pequeños tanto en el ámbito educativo como en el social cuando interactúan con el resto de personas de su entorno. Pero si me tengo que quedar con una sola cosa de todo lo que hemos dado en esta asignatura, sin duda alguna, es la forma de trabajo que hemos llevado a cabo (la que he mencionado en repetidas ocasiones durante todo el blog): EL GRUPO COLABORATIVO. 

Desde el minuto uno hemos estado trabajando en grupo, exceptuando alguna que otra tarea individual que hayamos hecho. 

Ha sido la primera vez, desde que hemos empezado el segundo año, que no podíamos elegir el equipo con el que íbamos a trabajar, ya que siempre pasa lo mismo: se nos asigna una tarea que debemos realizar, nos ponemos con el mismo grupo de amigas (con quienes trabajamos en otros 4 trabajos de otras asignaturas), nos ponemos a hacerlo y lo entregamos. 

Pero en esta ocasión me ha tocado con 4 personas con las que no hubiera imaginado estar. Nos has sacado de la Zona de Confort. Pero gracias a eso, hemos sacado nuestro mayor potencial. Hemos sido creativas, hemos socializado con personas ajenas a nuestro grupo habitual, hemos escuchado y compartido ideas, etc. Y aunque en algún momento hayamos podido tener un problema, lo hemos podido solucionar eficazmente, y, lo más importante, hemos conseguido la armonía y equilibrio en el grupo, lo cual es el objetivo principal de esta manera de trabajar. 

Con el tiempo hemos ido adquiriendo la confianza suficiente para hacer las críticas constructivas necesarias para convertir un trabajo bueno en uno muy bueno. 
Esta de manera implícita, pero hay que recordar que se nos ha brindado una herramienta que nos va a servir tanto para nuestro futuro laboral como para poder vivir en sociedad. En estos tiempos que corren, donde los valores individualistas y egoístas relucen, y no precisamente por su ausencia, no debemos dejar de pensar que somos seres humanos y que necesitamos de otras personas. Karl Augustus Menninger, un psiquiatra americano dijo una vez:

"Lo que se les dé a los niños, los niños darán a la sociedad"

Y no podía estar más de acuerdo.